Los espíritus rondan los cielos


El trágico accidente del vuelo 401

Tragedia

Nuestra historia comienza con una tragedia que, en su momento, conmovió a los Estados Unidos. El 29 de diciembre de 1972 el vuelo 401 de Eastern Airlines, que se dirigía de la ciudad de Nueva York a la ciudad de Miami, se estrelló en los Everglades de Florida.


El accidente – hasta entonces, la peor tragedia aérea civil en la historia del país – parece haberse causado porque la tripulación no fue consciente de que se había desactivado el piloto automático y el avión perdió gradualmente altitud. De los 176 tripulantes 75 sobrevivieron al impacto (dos de los cuales morirían poco después) y 101 murieron como consecuencia del choque.
Entre los muertos se encontraban Robert Loft y Donald Repo, comandante y segundo oficial del vuelo respectivamente. Según contaron sus compañeros, los hombres eran muy responsables y siempre garantizaron la seguridad en sus vuelos, por lo que debió ser muy doloroso el segundo en el que fueron conscientes de la gravedad del error que habían cometido. En su defensa, un serio problema en el tren de aterrizaje que habría comprometido el vuelo tenía a la tripulación completamente ocupada, pues su solución era urgente, e hizo que no notaran el problema del piloto automático.

Aprovechamiento de los restos

Luego de que se rescataran todos los sobrevivientes y se recuperaran los cuerpos de los desafortunados muertos, la aerolínea comenzó a recoger los restos de la aeronave con la intención de utilizarlos en otros vuelos.
El asunto era protocolario y nadie le habría puesto mayor atención de no ser por eventos extraños que comenzarían a suceder poco después… en otros vuelos de la misma aerolínea.

Apariciones                                                                         

Las apariciones no eran evidentes, y ocurrían de manera tan cotidiana que pasó algún tiempo antes de que los miembros de la aerolínea comenzaran a notar que algo estaba sucediendo.
Se trataba de pasajeros como cualquier otro, que sencillamente aparecían sentados en las sillas o caminando al pasillo en los momentos adecuados.

Siss Patterson, una de las azafatas,afirma que en una ocasión se encontró frente a un hombre que no estaba identificado y le solicitó su pasabordo (en el que aparecía el número de asiento que le había sido asignado). El hombre, tras un breve periodo de confusión, se levantó y desapareció, causando gran impresión en la azafata que posteriormente lo identificaría como Robert Loft.
Pero no se trataba simplemente de apariciones. Unas semanas después del accidente un hombre se acercó a algunos miembros de la tripulación para advertirles de un posible problema con el vuelo. En una ocasión, un asistente de vuelo llamado fue testigo de cómo un hombre no identificado se acercaba a una aeronave con equipo de reparación y comenzaba algunas obras en uno de los hornos de galería. No sería hasta el final del vuelo que se encontrarían algunas chapuceras reparaciones que impidieron que un error no previsto causara otra catástrofe.
Faye Merryweather, otro asistente de vuelo, fue testigo de cómo un rostro se materializó en otro horno de galería, en este caso el de la aeronave Tri-Star 318. Tras llamar a un par de superiores, sus acompañantes reconocieron el rostro de Donald Repo, que en una voz tenue les advirtió “cuidado con el fuego en esta aeronave”. El asunto llevó a una revisión mecánica profunda que reveló serios inconvenientes con el motor y llevó a que el vuelo se cancelara.
Fue en este momento cuando se comenzó a hacer la asociación: los hornos en los que apareció Repo eran los mismos que habían sido “rescatados” del accidente. Algunos miembros de la empresa comenzaron a hacer las cuentas… y todo encajaba:
Los dos hombres aparecían allí donde hubiesen sido reciclados objetos de su vieja aeronave.
Las apariciones continuaron por algún tiempo para disgusto de los dirigentes de la aerolínea (que por cierto llegaron a amenazar con el despido a los empleados que insistieran demasiado en el tema). Pese a que los reportes eran fiables y los presentaban empleados muy buenos, el asunto terminó por esconderse y demonizarse.
Todo indica que las directivas de la empresa no tenían por qué estar tan prevenidas. El propósito de los dos fantasmas (en particular de Repo) parecen haber sido ante todo garantizar la seguridad de los vuelos y evitar que una tragedia como la suya se repitiera.

Quizás desaparecieron después de haber cumplido, después de la muerte,  con aquello que no pudieron lograr mientras estuvieron con vida.

La leyenda del mono de Hartlepool


Napoleón

En los tiempos napoleónicos, la sola mención del nombre del Emperador Francés bastaba para generar inquietud – incluso ira – en los ciudadanos de las Islas Británicas. Napoleón era odiado, admirado, juzgado, pero sobre todo temido.
Solo una pequeña línea de agua de unos pocos kilómetros – el Canal de la Mancha – separaba al imbatible ejército napoleónico de las costas británicas.
Solo la Imponente Armada Real (imbatible ella en los mares) 
impedía que el Emperador conquistase Inglaterra y sometiese a su yugo a prácticamente todo el continente europeo.
Napoleón dijo en varias ocasiones que únicamente necesitaba controlar el Paso de Calais (el punto más cercano entre las dos costas) durante 3 horas para conquistar Inglaterra. Los ingleses sabían que tenía razón y que una vez desembarcara sería imposible enfrentarse a su ejército, por ello, el cuidado de la costa era fundamental.

La Leyenda del Mono de Hartlepool

En aquellos años, como es de esperarse, los habitantes de las costas británicas estaban particularmente nerviosos. Ocasionalmente aparecían barcos con la bandera francesa (el Canal no es muy ancho) que de inmediato generaban una respuesta de los pescadores, listos a defenderse y a informar a los comandos de defensa de la isla.
Un día un barco con la bandera francesa apareció. Parecía tener problemas: el clima era particularmente fuerte y no tenía cara de estar preparado para enfrentarlo.
Eventualmente el oleaje hizo que el mástil se rompiera y los tripulantes escaparon en botes más pequeños, dejando a su paso los restos del barco
que llegaron a las costas de Hartlepool.
Durante todo este tiempo los pescadores del área habían estado vigilando con cuidado, por lo que vieron llegar un pequeño monito
disfrazado con el uniforme francés.
En otras circunstancias, el animal habría sido adoptado por los hombres. Pero esto era la guerra y la paranoia británica era considerable, por lo que se consideró que el mono era probablemente un espía… y lo colgaron.
Pero como si la historia no fuera lo suficientemente macabra de por sí,algunos historiadores le apuntan a que oculta una verdad aún más horrible:
Powder Monkey

El niño de Hartlepool

La teoría surge de que en aquel periodo los encargados del acarreo de la pólvora en los barcos (fundamental para disparar los cañones) eran llamadospowder monkey (algo así como mono de la pólvora). Se trataba, en su mayoría,de niños o adolescentes de no más de 16 años, idóneos para la labor por su capacidad de moverse con agilidad en medio del zarandeo de los barcos.
En efecto, aunque es posible que un mono fuese la mascota de una tripulaciónello no es muy probable, menos aún si tenemos en cuenta que en Europa prácticamente no hay primates (si exceptuamos a los humanos, claro).
Y además, resulta mucho más razonable que los pescadores consideraran a un niño un posible espía a que lo hicieran con un mono. Un niño sí podría llevar información valiosa de vuelta, resultando un peligro para los ingleses.
En cualquier caso, el hecho resulta macabro de ambas maneras. Sea un niño o un mono el que haya muerto, la historia nos recuerda que los horrores de la guerra no perdonan a nadie, ni siquiera a los más inocentes.

La peor masacre de gatos documentada


El mundo de las imprentas

En el siglo XVIII la situación distaba de ser ideal para los obreros. Resaltaba en particular el caso de las imprentas, en las que los obreros eran fuertemente explotados por sus amos.  A las malas condiciones de vida se sumaban malos salarios y una paupérrima alimentación que era, en verdad, peor que aquella que daban a los gatos: era normal observar que la comida destinada para los trabajadores fuera la alimentación de los gatos, pues las cocineras tenían en mayor estima los animales que los obreros.
Los aprendices de imprenta vivían en las peores condiciones, y recibían las más asquerosas sobras de alimentación.

Pese a que entraban a las más tiernas edades a compartir el conocimiento de estas fábricas nadie los veía como niños, sino más bien como máquinas.

Como ya mencionamos, los dueños de los negocios se beneficiaban del trabajo de los obreros sólo porque tenían las máquinas de labor, pero ellos ya no sabían nada sobre el arduo trabajo de imprimir libros, sólo bajaban a la fábrica a humillar a los trabajadores, llamándolos perezosos o ladrones. El mundo en que vivían era tan podrido que no es posible creer que en ese mismo momento se estaban dando las bases de la Ilustración.

Una curiosa venganza

En un documento viejo del siglo XVIII, un obrero que aprendió a escribir,  escribe una sutil venganza hecha por los obreros en el tiempo en que él era un aprendiz. El evento se presenció en la imprenta de Jacques Vincent, un burgués que tenía más de 25 gatos y humillaba a sus trabajadores igual que lo hacían en cualquier fábrica. Este burgués vivía en la Calle de Sain- Séverin en París y era uno de los pocos beneficiados en la ciudad con un negocio como el que tenía.
La cuestión comenzó con que los trabajadores tenían pésimas condiciones de vida y agregado a esto, los gatos pasaban toda la noche aullando y apareándose en el tejado, sobre las sucias habitaciones donde dormían ellos, impidiéndoles descansar.

Los obreros Jerome y Leveille utilizaron esta ocasión para hacer una astuta venganza contra su amo.

En las noches siguientes los obreros subieron a los tejados de los amos para hacer demasiado ruido, tan insoportable que no dejaron dormir al amo y a su esposa en toda la noche. Al otro día el amo les ordenó que se deshicieran de esos gatos para que dejaran dormir, pero ellos sabían que entre esos gatos había unos muy apreciados por la esposa del amo.
La cencerrada comenzó en el día y armados todos los trabajadores con“mangos de escoba” y “varillas de fierro” emboscaron todos los gatos y los comenzaron a golpear y meter en costales. Muchos eran sádicamente asesinados a golpes, especialmente una gatita que era la más querida de la casa. A esta la golpearon en la columna vertebral y luego la empalaron.
Los demás gatos sufrirían una muerte similar pero en un juicio improvisado: con juez, abogado y testigos, los gatos que habían quedado en los costales fueron condenaron a morir a palo. Entonces los obreros mataron uno por uno, en un festín tan violento que cualquier persona de esta época quedaría impávida al observar actitud tan sanguinaria.
En un momento dado, el amo y su esposa salieron y vieron los ríos de sangre de gato. Sorprendido el amo por tanto ruido les dijo que bajaran el sonido, pues los gritos eran demasiado fuertes, la esposa al contrario, estaba aterrada y le dijo a su esposo que habían matado su preciosa gata y eso era porque los obreros querían matar a sus amos. El esposo no le puso cuidado y se entró.
Pero los obreros negaron diciendo que era otro gato el empalado, “nosotros seríamos incapaces de hacerle mal a su preciado gato”, dijeron. Pero luego se rieron y recordar este evento fue la única diversión para los trabajadores de esta fábrica por mucho tiempo.

Significado de matar gatos en la antigua Europa

Desde la Edad Media los gatos fueron vistos con mucha desconfianza y no fueron apreciados como los perros. En parte como consecuencia de que la religión católica viera a los gatos como demonios, el pueblo consideró que los gatos podían llegar a ser símbolos de mal agüero. Por ejemplo ver un gato sobre una cama era visto como el anuncio de la muerte o ver un gato de noche (fuera blanco o negro), podía llegar a ser mala suerte.
Por eso en las costumbres alemanas, francesas e inglesas matar gatos se volvió parte de la cultura, inclusive en el Carnaval, que era la fiesta anual que tenía el pueblo para divertirse por todo el año, existía la particularidad de matar un gato jalándole el pelaje hasta que muriera. ¡Hasta los alemanes tenían una palabra para matar gatos: “Katzenmusik”!
Pero en la fábrica de Jacques Vincent matar gatos era también un símbolo, era acabar con el dueño de la imprenta por sus malos tratos, pero como no podían matar al amo, simbólicamente mataban lo más preciado para él. Pero los gatos no eran lo más preciado para él directamente, aunque sí para su ama. Indirectamente mataban los gatos como un símbolo de matar el amo, de burlarse de él y ellos lo sabían, por eso fue tan divertido para ellos este evento.

El caso del Bebé de Rosemary


El Bebé de Rosemary

Convertida en un ícono del cine de terror y en una película de culto, El Bebé de Rosemary es una cinta dirigida por el magistral director polaco Roman Polanski en la que una joven Rosemary se encuentra, de pronto, en la peculiar situación de ser la madre del hijo de Satán.
La película, ambientada en el famoso edificio Dakota, tiene un aire bastante macabro porque al contrario que otras cintas semejantes (y más recientes)ocurre en un escenario en el que la maldad toma un aire casi mundano.
Es fácil sentirse identificado con el escenario que allí se retrata.
Es fácil relacionar una temática como la de esta película con la maldad. Más macabro, sin embargo, fue el destino de varias personas vinculadas con la cinta, que al parecer sufrieron, en carne viva, la maldad misma emanada por la cinta. Veamos:

La muerte sobrevuela el equipo

Todo comenzó en 1969, cuando el director de la película, William Castle, comenzó a recibir una serie de amenazas vinculadas al aire oscuro de la cinta.Poco después enfermó gravemente de los riñones, y tuvo que pasar por un complejo tratamiento que en algún momento pareció que iba a cobrar su vida.Se cuenta que en repetidas ocasiones, presa de un intenso dolor, repitió “Rosemary, por el amor de Dios, suelta ese cuchillo”, en lo que algunos tomaron como una broma y otros como una evidencia de la maldición de la película.
Mientras Castle se debatía, a su lado yacía Krzysztof Komeda,autor de la banda sonora de la película. Rosemary tendría que tomar la vida de un hombre, al menos, y mientras Castle salió indemne de sus problemas,Komeda no tuvo tanta suerte y murió de un hematoma cerebral que había sido causado por un accidente. Para muchos, su muerte tiene un parecido siniestro con la muerte de Hutch, una amiga de Rosemary que se da cuenta del macabro escenario en el que se encuentra pero muere antes de poder advertirle asesinada por los mismos poderes que hacen peligrar la protagonista.




Roman Polanski, director del filme

La culminación

Estos hechos, sin embargo, no fueron más que minucias frente a lo que estaba por venir.
El director de la película, Roman Polanski, había adquirido hacía poco una propiedad en donde se encontraba su esposa, Sharon Tate, quien tenía 8 meses de embarazo. El 8 d agosto de 1969, mientras Polanski se encontraba de viaje en Londres, Sharon invitó algunos amigos al lugar (Jay Sebring, Wojciech Frykowski y Abigail Folger) y se dispusieron a pasar una agradable velada.
Poco temían ellos que la llamada “Familia” de Charles Manson los estaba vigilando de cerca. En efecto, el anterior inquilino parecía haber tenido problemas con Manson (por negarse a grabar uno de sus discos) y el hombredecidió vengarse contra el lugar, o eso pareceAún no se entiende si su actuación se dirigió contra Polanski, contra la película o sencillamente contra el apartamento.
En cualquier caso, la llamada “Familia” de Manson irrumpió en el lugar y asesinó de manera horrible a todos los que se encontraban allí. Sharon, con 8 meses de embarazo, fue apuñalada en 16 ocasiones: según los médicos que recogieron su cuerpo, 5 puñaladas habrían bastado, por sí solas, para matarla. Los cuellos de todas las víctimas habían sido conectados entre sí con una sogay con la sangre de la mujer escribieron “Cerdo” (Pigen la puerta.
Escena de la muerte de Sharon Tate
Aquí terminó la maldición de El Bebé de Rosemary. Para algunos estas fueron las consecuencias que tuvo Polanski al ponerse a jugar con fuerzas cuya profundidad no comprendía del todo, llegando incluso a acusarlo de haber hecho un pacto con el diablo en el proceso de su película. Para otros, fue simplemente un crimen horrible.
Pero fue un crimen que, como vemos, sucedió luego de varios eventos sospechosos. Coincidencia o no, esto profundizó aún más la leyenda de esta película como una cinta llena de maldad.

El macabro asesinato de Elyse Pahler


Elyse Pahler

En marzo de 1996 Elyhse Pahler llevaba 8 meses desaparecida. Su familia, desesperada, no perdía la esperanza de que un día volviera a reunirse con ellos.
La habían visto por última vez el 22 de julio de 1995, cuando había salido del hogar sin decirles a dónde se dirigía. Desde entonces cada día era un suplicio,esperando que volviera… o que llegara la cada vez más inevitable noticia de su muerte.
Fue precisamente aquel mes – marzo – cuando las esperanzas de la familia se vieron completamente destruidas. Entonces, llenos de dolor, se enteraron de que el cuerpo de su hija había aparecido cerca de Arroyo Grande, en California no muy lejos del lugar donde vivía. Se encontraba muerta… y en un avanzado estado de descomposición.
Había sido uno de sus asesinos quien llevase al hallazgo del cuerpo: Royce Casey, quien recientemente se había convertido al cristianismo y a quien la culpa había llevado a confesarlo todo.
La historia era verdaderamente macabra.

El asesinato                                                

Los 3 asesinos eran conocidos de la víctima, quien incluso había salido con ellos aquella tarde por propia voluntad. Se trataba de Joseph Fiorella, de 14 años, Jacob Delashmutt, de 16, y Casey, quien también tenía 16. Los tres jóvenes habían invitado a la muchacha aquel día a fumar un poco de marihuana en la campiña rural de California.
Sus planes eran mucho más oscuros. Influenciados (según ellos) por las letras de Slayer, los jóvenes habían decidido vincularse al satanismo y estaban convencidos de que ofrecer un sacrificio a Lucifer le traería gloria a la banda. Pero este sacrificio, para ser válido, debía ser humano. Los tres jóvenes llevaban meses hablando del asunto: nadie sabe qué los hizo pasar de la palabra a la acción. En cualquier caso, una vez tomaron la decisión llegó la hora de escoger una víctima.
Y para su desgracia, Elyse fue la elegida.


Una vez la tuvieron lejos de la ciudad, donde no podría pedir ningún auxilio, los jóvenes comenzaron a ahorcarla con correas y la apuñalaron en repetidas ocasiones en el cuello. El forense luego indicaría que ninguna de estas heridas fue mortal por sí misma, lo que significa que se desangró hasta morir, lenta y dolorosamente. Según Casey mientras estaba en el suelo lloraba, oraba a Dios y le pedía ayuda a su madre. Una vez murió, los atacantes la violaron en repetidas ocasiones e incluso retornaron varias veces después con el mismo propósito.
El caso se caracterizó por una extrema crueldad, motivada por los deseos de agradar a Satanás. Los tres jóvenes luego siguieron con su vida y seguramente no habrían sido descubiertos de no ser por la confesión de Casey, 8 meses más tarde.

La demanda

Al ser menores de edad, los 3 jóvenes no fueron condenados a cadena perpetua, sino únicamente a 25 años en prisión. Durante el juicio repetirían con insistencia que habían sido las letras de Slayer las que los habían motivado a realizar este macabro asesinato.
Por esta razón, los padres de Elyse instaurarían una demanda contra el grupo musical por pervertir a los jóvenes e incitar a la violencia. Los jueces, sin embargo, no consideraron que la demanda fuera válida pues aunque fueran obscenas, las letras no indicaban que la persona debía cometer un asesinato. En palabras del juez:
“No hay posición legal desde la que pueda tomarse que haga a Slayer culpable de la muerte de Elyse. ¿Dónde trazar la línea? Podrían bajo esos términos comenzar a revisar cada libro de la librera”.
Eventualmente, Delashmutt confesó que Slayer en verdad no había motivado nada y las autoridades determinaron que fue Joe Fiorella quien organizó todo, pues estaba obsesionado con Elyse… y con su asesinato.

“Escuadrón 731” de la Segunda Guerra Mundial


Una guerra demente: La superioridad del más sanguinario

Nos hemos horrorizado muchas veces por los actos macabros de los nazis contra los judíos en los campos de concentración, también de la misma guerra que acabó con más de 70 millones de individuos. Pero mientras Europa se desangraba con las escenas de Hitler dando voces de superioridad de una raza “aria” y los experimentos nazis del doctor Mengele, al otro lado del mundo el Imperio Japonés no se quedaba atrás.
La superioridad nipona se complacía en la extensión de su territorio hacia China, Corea y la URSS, pero mientras los soldados luchaban, se crearon muchos escuadrones que pretendieron demostrar su superioridad de otra forma: en campos de experimentación biológica y química para elaborar armas letales y asquerosas.
La Kempeitai o policía secreta japonesa se encargó de crear escuadrones encargados del trabajo sucio en Manchuria, territorio chino ocupado por el ejército japonés.
Se creó el Escuadrón 200, el Escuadrón 100, el Escuadrón 571 y una decena más encargados de perpetuar el crimen con el uso y creación de armas biológicas sobre australianos, chinos, rusos e inclusive norteamericanos y algunos ingleses. En total más de 200.000 personas fueron pasados por los instrumentos quirúrgicos de los japoneses.

Un caso documentado: El escuadrón 731
Fue el general Shiro Ishii quien encubrió los laboratorios en un edificio que semejaba un aserradero de madera, donde curiosamente las victimas eran denominadas “maruta” (pedazos de madera). Las personas de los alrededores del lugar, fueron las principales víctimas desde 1932 hasta el final de la guerra. Niños, ancianos, mujeres embarazadas fueron parte del repertorio social atormentado con los experimentos.
Posiblemente este fue el grupo más asesino y brutal que haya existido en el mundo.
Las victimas pasaban a diferentes habitaciones donde eran cercenadas, privadas de alimento y sueño, infectadas de sífilis, gonorrea y otros gérmenes mortales. Otros eran inyectados con orina de caballo, burbujas de aire y de agua en la sangre para simular apoplejías.
Pero además de estos escandalosos experimentos las víctimas eran horrorizadas en ambientes extremos; se metían en cajas a presión máxima y sus órganos se derramaban por el piso por abusivo uso de gravedades artificiales. Se llevaban a cabinas que giraban eternamente y no se sacaban sino antes de morir para ver los resultados de la inhumana prueba. Aunque eso no es nada comparado con balas llenas de gérmenes, pulgas transmisoras de pandemias que se creían eliminadas y las famosas reimplantaciones de miembros, que formaba verdaderos monstruos que no tenían nada para envidiarle a Frankenstein o a seres mitológicos como el veloz Centauro y al feroz Cancerbero.


La obligación de tener relaciones sexuales con animales cuadrúpedos y vivíparos fue otra muestra fatal del artificio nipón. No sólo se obligaba a morir en tristes condiciones; era la vida la que tenía el propósito de hacerse duradera por un periodo largo con las mutaciones y vivisecciones radicales a las que eran expuestos los diferentes prisioneros de este cruel escuadrón.
Muchas enfermedades como ántrax, disentería, peste bubónica y otras llevaron a la experimentación de armas biológicas, usadas luego sobre la población civil china. No dejaron vida sino algunos pocos que pudieron escapar y por ellos conocemos los testimonios de seres desmembrados que eran obligados a comerse vivos a ellos mismos.

Lo interesante de la demencia: libertad y una vida tranquila para los asesinos.

Una clara muestra de la fatalidad de la guerra es la inocencia y el indulto proporcionado a los agresores japoneses, dejándolos volver a territorio japonés después de la guerra. Ellos siguieron con sus trabajos y una vida común. Solo algunos chinos cobraron justicia, pero los ajusticiados fueron pocos en relación con los que siguieron trabajando en laboratorios de las universidades japonesas. Nunca se dio un veredicto contra todos los asesinos.
Muchos de estos escuadrones fueron ocultados, se explotaron, se quemaron expedientes, pero aun en el 2003 algunas personas que excavaron el sitio donde estaba el aserradero 731, sufrieron la infección de las armas químicas ocultas por más de 50 años. Hoy en día se desconoce cuantos sitios como este quedan ocultos a nuestra vista.

Algunas fuentes para acercarse a las atrocidades del “Escuadrón 731”

Para quien le interese está la película Escuadrón 731, el film ruso Philosphy of a Knife y la china Men Behind de Sun, la canción de Slayer Unit 731 y el libroForest Sea.

La joven cuyo ADN podría tener el secreto de la eterna juventud


La Peter Pan de la vida real

Todos conocemos la popular historia del héroe que jamás crecía y que llevaba a los niños a la tierra del Nunca Jamás, donde podrían permanecer en esta forma para siempre. Aunque originalmente con un tinte más oscuro (muchos dicen que en realidad él recogía las almas de los niños muertos, que por ello dejaban de crecer), en la actualidad la historia se ha modificado para ceñirse más a lo que consideramos “correcto” y, ante todo, para volverla un cuento infantil.
Conocida como La Peter Pan de la vida real, Broke Greenberg es una joven que murió de una extraña dolencia hace dos años: su enfermedad jamás pudo ser diagnosticada y terminó por bautizarse “Síndrome X” por parte de los especialistas, que quedaron boquiabiertos ante su caso.
El problema de Broke era sencillo: jamás creció.
Se mantuvo siempre con el cuerpo de una niña de 3 o 4 años y con la edad mental de una pequeña de uno: pese a morir con más de 20 años jamás aparentó su edad… bueno, al menos desde que cumplió los 5 años.

La historia de Broke Greenberg

Broke nació el 8 de enero de 1993 en una familia ordinaria en Maryland, Estados Unidos. Al nacer prematura (faltando un mes para la fecha oficial) pesaba apenas 1.800 gramos y tenía un problema en la cadera que fue solucionado con cirugía. Aparte de esto (que no es gran cosa) era una niña perfectamente normal.
Las cosas comenzaron a ponerse muy raras cuando la niña cumplió un año. Comenzó a sufrir serias enfermedades que ocurrían de manera súbita,incluyendo siete úlceras estomacales perforadas, episodios epilépticos y un infarto del que pareció no quedar rastro.
Pero el caso más raro fue el tumor que se descubrió en su cerebro cuando tenía 5 años.
La masa parece haber oprimido su cerebro y haberla dejado 14 días en un sueño profundo (que no era un coma). Estuvo cuidadosamente vigilada por los médicos, pero cuando despertó el tumor había desaparecido. Jamás se encontró explicación alguna para este fenómeno.
Sin embargo, lo más peculiar de la condición de Broke fue que, aproximadamente a los 5 o 6 años, dejó de crecer.

El misterio del Síndrome X

Jamás se había visto un caso como el de la pequeña. Los análisis de ADNindicaron que las partes relativas al crecimiento eran normales. Sus telómeros también desaparecían a la misma velocidad que los de todas las personas.
De acuerdo con los médicos, era como si su cuerpo no funcionara como una unidad, sino como una serie de partes separadas que sencillamente convivían juntas. Broke, sin embargo, no tenía ninguna anomalía genética o anormalidad en los cromosomas que pudiera explicar el fenómeno. Se trataba de un verdadero misterio médico.
El Doctor Richard Walker, PhD en fisiología endocrina del Colegio de Medicina de la Universidad de Florida del Sur, aseguró que el cerebro de la pequeña tuvo cambios mínimos desde que cumplió un año. Tenía una edad mental de unos 9 meses, pero sus huesos eran los de una niña de 10 años y sus dientes los de un pequeño de 8. Era como si su cuerpo no coordinara.
Broke murió el 24 de octubre de 2013, a dos meses de cumplir los 21 años de edad. La causa de su muerte fue una broncomalacia, una enfermedad común en los niños que les impide  respirar.

Lo que podemos aprender de Broke

Pero aunque su historia sea un tanto trágica, es mucho lo que podemos aprender de los genes de Broke. De acuerdo con el mismo Doctor Walker,en su caso podría estar el secreto del envejecimiento e incluso una posible manera de revertirlo.
Poco después de la muerte de la joven los padres le dieron permiso al Instituto de Biología Multiescala y Genomas del Hospital Monte Sinaí en Nueva York autorización para estudiar a profundidad el ADN de su pequeña. Y por primera vez comenzaron a encontrar diferencias: fueron capaces de aislar varias mutaciones que se habían pasado por alto y que en conjunto podrían explicar la condición de la niña.
Parece ser que dichas mutaciones no inhibían el crecimiento como un todosino que se concentraban en algunos lugares específicos del cuerpo. Esto resulta revolucionario, pues por primera vez podría usarse como un método para limitar el crecimiento específico de algunos tipos de cáncer particularmente agresivos. Este conocimiento también podría servir como un método para detener el envejecimiento. Lamentablemente pasarán al menos años antes de que pueda en verdad desarrollarse una cura, pero al menos la familia de Broke puede sentir que la joven no vivió – ni murió – en vano.
Después del diagnóstico del extraño “Síndrome X” comenzaron a aparecer otras personas que parecían sufrir de una dolencia muy parecida. Algunas de ellas habían alcanzado una edad bastante avanzada: Nicky Freeman, nativo de Australia, supera ya los 40 años pero tiene el cuerpo de un niño de 10; la mayoría, sin embargo, tienen una edad baja.
En la actualidad se conocen pocos casos, la mayor parte de los cuales está siendo estudiado con la esperanza de comprender mejor cómo funciona nuestro cuerpo y poder manejarlo – y curarlo – con más eficacia. La mayor parte de los casos se ha diagnosticado en los Estados Unidos.